Cuando se tienen cuatro ases en la mano es difícil que se escape la partida. ‘El crèdit’ es una comedia ganadora. Ya lo fue cuando Jordi Galceran se impuso en el primer torneo de dramaturgia del Temporada Alta con una lectura dramatizada de 40 minutos para dos actores. Y lo vuelve a ser cuando ha crecido hasta un montaje de casi hora y media con igual número de intérpretes.

Con Galceran en la escritura, Sergi Belbel en la dirección y una pareja de actores como Jordi Bosch y Jordi Boixaderas estaba cantado el éxito, aunque el teatro no conoce de fórmulas imbatibles. Pero sí lo es la capacidad de Galceran para enlazar gags y diálogos que desatan la carcajada del público a partir de una situación tan cotidiana como el encuentro entre un director de una entidad bancaria (Bosch) y un cliente que pide un préstamo (Boixaderas). Eso sí, con el único aval de su palabra.

La negativa del director desata un pulso de humor desaforado en un continuo crescendo en el que el cliente se hará con el mando de la situación en un juego de poder. Belbel deja que texto y actores estén en primer plano con una dirección tan sobria como resolutiva, sin molestar, a partir de un espacio escénico con una mesa y dos sillas, sobre una plataforma giratoria pensada para un público situado a cuatro bandas.

Galceran ha resuelto con su solvencia habitual la prolongación de un texto que era redondo en los 40 minutos de la lectura del Temporada Alta. Mantiene el tono en la segunda parte aunque no llega a la cumbre anterior. El autor abusa en exceso de llevar al personaje del director a un terreno muy patético ante el carácter manipulador de su oponente. Pero nada que ensombrezca una comedia llamada al éxito.