CRÍTIQUES

VALORACIÓ
6
ESTAFA EMOCIONAL
Publicat el: 12 de juliol de 2014
CRÍTiCA: tauberbach
La noche prometía, la luna llena brillaba sobre el Teatre
Lliure, y numeroso público con devoción acudía a la actuación de una de sus
compañías favoritas, Les Ballets C de la B, todo presagiaba una noche
inolvidable. Alain Platel, fundador de este grupo de danza teatro, presentaba Tauberbach (Bach sordo), una obra
estrenada en Munich el 16 de enero de 2014, y que inspira
una mujer esquizofrénica que vive en un vertedero. Sin embargo la noche se torció y la decepción
inundó el patio de butacas de la Sala Fabià Puigserver del Lliure. Tauberbach pecó de plana y snob. Si bien al final del montaje un
sector de público le dedico cortos pero intensos aplausos. Por el momento los
mejores montajes que se han visto en Barcelona bailados por Les Ballets C de la
B son los firmados por Sidi Larbi Cherkaoui, uno de
los coreógrafos surgidos de este colectivo belga.
A los espectadores que no les gustó Tauberbach pueden buscar en internet Estamira de Marco Prado, el documental que ha servido de inspiración
a Platel para este montaje y que cuenta la historia de una mujer que sufre de
esquizofrenia y que vive y trabaja en un depósito de residuos sólidos en
Brasil. Ella ha desarrollado su forma
particular de comunicación con la pequeña comunidad que vive, dando
lugar a la temática de la pieza: cómo vivir o incluso sobrevivir con dignidad
en circunstancias casi imposibles. Tras la breve proyección se sentirán heridos
por partida doble por la crudeza de la historia y por la banalidad como Platel ha recreado la historia de esta superviviente.
Puede ser que el creador belga haya querido huir del drama que muestra Prado,
pero no ha sabido darle firmeza al
contenido de su obra, la provocación es efectista, arranca la sonrisa del
espectador con gangs utilizados en
numerosos montajes y su danza bastarda en
que los bailarines se contorsionan y se retuercen a través de un baile atrapado
en una red de miedos y obsesiones mentales, aquí se muestra endeble, una pena
porque los bailarines son magníficos.
La puesta en escena de Tauberbach
resultó espectacular visualmente. El escenario de Teatro Lliure se llenó de
montañas de ropa multicolor, mientras se oía el sonido insistente del revolotear
de unas moscas mezclado con música de Bach. Cinco bailarines más la actriz, Elsie de
Brauw, que interpreta a la mujer esquizofrénica, se revolcarán, se esconderán o
jugarán por entre estas montañas de ropa. Las barras de luces del teatro se convertirán en un
elemento escénico por donde los intérpretes treparán y se colgarán.
El fragmento en que los bailarines desnudos aparecen colgados de las barras
resulta bello escénicamente pero poco original. Elsie de Brauw es una
actriz con registros, que logra convencer al público de qué es feliz
viviendo en un vertedero. Su diálogo con la voz de su mente es locuaz. Por su
parte los bailarines se mueven con independencia unos de otros. Es evidente que
el baile de Tauberbach nace de la
improvisación de cada uno de ellos, por eso también firman la autoría de la
obra. Individualmente han creado su
propio vocabulario gestual acorde con sus
mejores condiciones como
intérpretes. Una dirección les ayudaría a conseguir más de sí mismos y el
trabajo coral tendría más fuerza. Lástima que
baile de todos ellos sea breve y
la mayor parte de los noventa minutos que dura Tauberbach lo pasen
correteando por las montañas de ropa.
Otra de las fuentes de inspiración de
Platel para esta obra ha sido una grabación de Artur Zmijewski, “Tauber Bach “(música de Bach
interpretada por personas sordas), estas corales de Bach y un aria de Mozart
son interpretadas brevemente en momentos puntuales por los protagonista de este
montaje. Donde la música no tiene el
papel relevante que tenía en los dos trabajos
que conocemos de este creador flamenco, Pitié! que el público pudo ver en el
Mercat de les Flors en 2009 y que tampoco gustó y VSPRS que Les Ballets C de la B bailó en 2004 en el Festival de
Peralada obteniendo una gran acogida de
público y crítica.
Al final de Tauberbach Platel buscó el
efecto fácil concentró la luz sobre algunas escenas de grupo, que entonaron un
canto, y el movimiento se volvió más
fluido, pero ya era tarde.
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