Si Lorca hubiera emprendido antes aquel viaje se habría salvado; una gira de la que su amiga y musa Margarida Xirgu jamás regresó, exilio durante el cual la actriz acabó dirigiendo la Comedia Nacional de Montevideo. La Xirgu siempre imprimió un aliento de Lorca a sus alumnos uruguayos, un soplo que ahora cruza de regreso el Atlántico, cadencia seseante en versión de Gabriel Calderón (‘Història d’un senglar’). Acertada elección de la directora Marta Pazos, que ya deslumbró con el guion lorquiano de ‘Un viaje a la luna’, por no hablar de la ópera ‘Alexina B.’. El cóctel con todo su duende prometía y rebasó con creces las expectativas. Magia pura.

Dentro del ciclo Teatro Imposible, ‘El público’ (1930) emerge como un arrebato surrealista, críptico y evocador a partes iguales. Lanzada por el poeta hacia el futuro, la obra reposó en un cajón hasta que Lluís Pasqual la estrenó en 1986, revisitada por Àlex Rigola hace ya una década. Poco se parece el montaje de Pazos y Calderón a los precedentes. La propuesta sumerge a Lorca en un prisma de colores fulgurante, con una atmósfera sonora de Hugo Torres que penetra en la conciencia hasta disolverla muy lejos del realismo, vibración inspirada en el barranco donde asesinaron al poeta. Un ritmo hipnótico balancea al espectador que acaba subyugado por la elegancia del conjunto. La intensidad cromática de la escenografía (cobalto espiritual, rosa travieso, rojo sangre…) traduce el complicado mapa simbólico hasta hacerlo materia y carne en un grupo de intérpretes que deambulan por el éxtasis (…)

ENLLAÇ A LA CRÍTICA SENCERA EN ‘EL PERIÓDICO DE CATALUNYA’