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4
Excesivas medias tintas
Publicat el: 17 de setembre de 2016
CRÍTiCA: El fill que vull tindre
Admitámoslo el teatro comunitario está de moda. Debe hacer sentirse muy bien compartir tu arte con gente de la calle, incorporarlos a tu proyecto para hacer que crezca, pero el problema surge cuando están de más y no ayudan al desarrollo del proyecto como es el caso.
El Pont Flotant era uno de los pesos pesados de la cartellera de Fira Tàrrega que se desinfló en menos de medida hora. Cuando coordinas un proyecto como El Fill que vull tindre hay muchas teclas que apretar y medir con cuidado los tempos es una de ellas. En este caso se les ha ido de las manos, incluso la escena de la plastilina, donde el peso de la acción está manos de actores se alarga sin sentido y pierde toda la esencia que podía haber tenido en su justa medida.
Independientemente de si el tema te interesa o no, el espectáculo parece estar a medio producir. Cierto es que un montaje así no se puede desarrollar sólo en tres días, como ha sido el caso. Pero para presentarlo a medias, mejor quedarse en casa.
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