CRÍTIQUES

VALORACIÓ
8
Risas, detrito y extinción
Publicat el: 14 de març de 2021
CRÍTiCA: De què parlem mentre no parlem d’aquesta merda
La Calòrica ha superado su décimo aniversario y encara una nueva década -así lo esperamos- con un espectáculo “grande”, con todos los medios de un Teatre Nacional de Catalunya. La primera impresión anuncia un esmerado uso de los nuevos recursos. Un espacio desnudo tintado de verde, ligeramente vintage al extender en el TNC la moqueta de la sede del PCF de Niemeyer en París, doblado en altura por un blanco diorama suspendido. En una esquina, un reluciente inodoro. Bajo el foco la porcelana parece exhibirse como un tótem de especulación artística. ¿Alguien ha dicho Duchamp?
El váter bajará pronto de su pedestal para ensuciarse como sujeto de una sátira coprológica sobre nuestra sociedad-rana. La que se cuece en su propia extinción en un debate estéril entre intereses económicos, negacionismo y la fuerza aplastante de la rutina. Joan Yago ha optado por obviar lo obvio y centrarse en las contradicciones de la gente corriente. La Calòrica incluida. Al otro lado de la trinchera el derrumbe existencial de una defensora del liberalismo ultra, estrella de convenciones anti-Thunberg. Espléndida Mónica López en un registro dramático en marcado contraste con la farsa y el absurdo sin cuarta pared. Personaje-burbuja rodeado de una constelación de tipos escritos por Azcona o los guionistas del Homo Zapping. Perfiles costumbristas, como si Berlanga hubiera adaptado la “Rue del Percebe 13”, o la resurrección, entre otras caricaturas, de un émulo del Padre Apeles (divertidísimo Marc Rius).
Yago encuentra la manera para enlazar los dos tonos dramáticos, repartidos entre un congreso de medio pelo de negacionistas y una comunidad de vecinos que verá perturbado su tranquilo estado de crisis permanente con el descubrimiento en los bajos -casualmente el nuevo local de La Calòrica- de una descontrolada fosa séptica. Conflicto de lo intrascendente sobre lo vital que derivará en simulación de un documento verité y una constelación de biografías de variable interés. Satélites que quizá no aportan siempre lo suficiente a la trama. Gran oportunidad para que La Calòrica exhiba su talento camaleónico. Escena cumbre de su fregolismo: la reunión de vecinos.
Pero De què parlem mentre no parlem de tota aquesta merda es sobre todo una exhibición de Yago de cómo trabajar a fondo la capacidad manipuladora de las palabras, las artimañas emocionales y la charlatanería sofista. Escena cumbre: el Ted Talk que abre la función. Mònica López -ataviada con el rigor elegante de ejecutiva triunfante- se exhibe como una profesional de la convicción amoral. Estupefactos por descubrirnos entregados ante la maestría de esta filigrana del convencimiento, que no és más que una ristra de verdades y mentiras bien ordenadas por un excelente dramaturgo.
CRÍTIQUES RELACIONADES / De què parlem mentre no parlem d’aquesta merda
TÍTOL CRÍTiCA: L’auca ecologista de La Calòrica
PER: Ana Prieto Nadal

VALORACiÓ
9
TÍTOL CRÍTiCA: La Lucidesa Calòrica
PER: Ferran Baile

VALORACiÓ
9
TÍTOL CRÍTiCA: Una explosió de teatre
PER: Josep Maria Viaplana

VALORACiÓ
10
TÍTOL CRÍTiCA: ‘Caloritzant’ el Nacional
PER: Marc Sabater

VALORACiÓ
10
TÍTOL CRÍTiCA: La flaire del vell Bogatell
PER: Andreu Sotorra

VALORACiÓ
9
TÍTOL CRÍTiCA: Canvi climàtic a la Rue del Percebe calòrica
PER: Ramon Oliver

VALORACiÓ
8
TÍTOL CRÍTiCA: Mònica López versus La Calòrica
PER: Iolanda G. Madariaga

VALORACiÓ
9
TÍTOL CRÍTiCA: Per sucar-hi pa amb l’olor
PER: Jordi Bordes

VALORACiÓ
9