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7
Diana Vreeland en el exquisito espejo de Carme Elias
Publicat el: 9 de maig de 2014
CRÍTiCA: Al galop
La clase alta también sufre la lacra paro. Puedes pasar en un día de ser
la principal editora de moda del “Vogue” americano a consolarte de tu despido
con una pequeña gira europea por Londres, París –hotel Crillon, of course–, Milán y Madrid. Después un
poco de angustia reprimida en tu apartamento de Nueva York y una llamada del
amigo Ted te saca del pozo para dirigir el Costume Institut del Metropolitan.
Organizas la primera gran exposición dedicado a un modisto –Balenciaga, of course–, y de nuevo en la cresta de
la ola de la fama, como siempre en la agitada vida de Diana Vreeland. Un
personaje fascinante por lo pequeño de su gran mundo de color y fantasía. Guido
Torlonia, que ya había dirigido Al galop
en Italia, conduce a una exquisita Carme Elias –poderío de seda– por un
monólogo que es sobre todo una evocación de una criatura dominada por su fuerte
carácter, el mismo que le permitió ser durante décadas una referencia periodística
del estilo sin la menor preparación excepto su innato y extravagante sentido del
gusto.
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