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Dear Winnie 3 C Reyer Boxem
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Juan Carlos Olivares
PER: Juan Carlos Olivares

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8

ANAR A FiTXA DE L’OBRA ENLLAÇ EXTERN

Mama Winnie

Publicat el: 21 de juliol de 2021

CRÍTiCA: Dear Winnie

Las cosas claras: en este escenario Winnie Madikizela Mandela es un símbolo no una figura histórica sujeta a la controversia biográfica. Una madre del empoderamiento femenino y la lucha contra el apartheid. La madre no se toca. Su legado no se toca. Su mensaje de lucha y resistencia no se toca. ¿Nelson? Ese señor mayor que se casó en segundas nupcias con Winnie. (Desmond) Tutu: un mujeriego. Pasajeras menciones de dos “prohombres” que en otros lugares ocupan todo el espacio y reconocimiento.

Dear Winnie de Junior Mtjombeni -él mismo hijo del exilio sudafricano- y Fikry El Azzouzi han traído al Grec quizá una de las obras más abiertamente políticas -con permiso de Samsó de Brett Bailey- del festival. Un alegato feminista y antirracista en forma de vibrante oratorio laico, protagonizado por nueve artistas. Todas ellas mujeres de la diáspora africana y la historia colonial europea. Cantantes, actrices, dramaturgas, coreógrafas, compositoras, performers, raperas, productoras. Individualidades artísticas potentes unidas para lanzar un mensaje contundente. Tan directo como el enarbolado por las adolescentes chilenas de Paisajes para no colorear, pero reforzado por las habilidades escénicas de cada una de ellas. Grandes voces, emoción militante a flor de piel, rabia urbana, coreografías liberadoras conectadas a su herencia cultural, discurso de puño en alto.

Un espectáculo arrollador si se entra en comunión con su manifiesto. Actitud imprescindible para no entrar en elucubraciones sobre el extraño delirio luthier repartido por el escenario -aunque el retumbar del artilugio móvil de botas es un mensaje sin ambigüedades- o como la belleza de las imágenes y la calidad interpretativa amaga un discurso dramático sin muchos matices. ¿Busca el debate? No. Es su momento después de siglos de deshumanización racial. Sufrimiento redoblado si además eres mujer. Y sí, la incomodidad es justa cuando un hombre viejo, blanco y casi desnudo es exhibido y vilipendiado como lo fue Sartijee Baartman, la “venus negra”. O una bella metáfora de ropas cayendo al suelo nos recuerda las matanzas contra adolescentes en Soweto, con el dolor ahogado de sus madres deambulando entre los vivos colores de pantalones y camisas.

Todo observado desde la penumbra por el recuerdo de una Winnie Mandela encerrada en su celda. Por qué el sentido de esta función no es la restitución histórica de una líder política, es la evocación de su figura como referencia en la lucha de las nuevas generaciones y desde postulados feministas. En sintonía con libros recientes como el escrito por Sisonke Msimang. Batalla inconclusa, como incumplida la promesa del arzobispo Tutu de un país arcoíris post apartheid. “Over the rainbow” se entona una y otra vez como dolorosa ironía de un país atravesado de conflictos. Solo hay que leer estos días los titulares que ha generado la detención del expresidente sudafricano Jacob Zuma.

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