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El festival de la Canción de Barcelona en su décimo segunda edición
Publicat el: 4 de juliol de 2016
Toda manifestación artística es una manifestación de la naturaleza humana. Cantar es una actividad intrínseca al ser humano, pero llegar a la sofisticación de escribir una canción para ser interpretada ante otros seres humanos es una de las manifestaciones más profundas de la inteligencia y la civilización a la que hemos llegado como especie.
La canción de concierto es un tipo de composición que se cultiva en todas las culturas. Está siempre relacionada con las características personales de cada pueblo y recibe muchas y variadas influencias de los cambios sociales, los movimientos artísticos, del desarrollo poético y literario de cada país y, por supuesto, del trabajo de sus compositores.
Pequeña, sin aspavientos ni alardes circenses, la canción puede considerarse un género fácil y poco importante. Nada más lejano de la verdad. La canción en el mundo hispanoamericano es un cúmulo de subgéneros, un compendio de ritmos e influencias, y está también permeado por nuestra profunda tradición literaria. Nuestra canción exige un intérprete detallista, cuidadoso y con una profunda sensibilidad.
La importancia de que exista un festival dedicado a este género, sólo puede llegar a su cabal valoración cuando somos conscientes del enorme patrimonio lírico que posee Iberoamérica. A diferencia de otros países, donde la tradición de la Chason francesa o el lied alemán se defiende, preserva y difunde, en los nuestros pareciera que el mayor esfuerzo es ignorarlo.
Lejos del folklore de nuestros pueblos o del alarde técnico de otras manifestaciones líricas, la canción de concierto, hermosa, corta y profunda, ha sido un género abordado por casi todos los países que forman Iberoamérica. Desde la influencia árabe en la canción española, la presencia constante de la muerte en la mexicana, la complejidad rítmica de la cubana, el lirismo colombiano, la melodía exuberante brasileña hasta la sofisticación argentina, hay un mundo entero de expresiones, compositores y estilos por descubrir, que son parte de nuestro patrimonio cultural.
Este Festival se aboca no solo a la idea de difundirlo, sino también a una importante labor académica, donde se dan conferencias y clases magistrales para preparar a nuevos intérpretes de estas obras en catalán, castellano y portugués. A estas actividades han llegado ya más de 150 alumnos de todo el mundo, interesados en este repertorio y las dificultades que entraña su interpretación. En ellas se abordan desde temas generales como la evolución de este género en los diferentes países, hasta los compositores específicos que se avocaron a escribir canción de concierto. Este año, por ejemplo se hizo un homenaje al centenario de la muerte de Enric Granados y un concierto dedicado a la canción costarricense, entre otras actividades.
Además de la parte pedagógica, se organizó una programación donde se pudo escuchar una gran variedad de los ejemplos de estas distintas tradiciones líricas. Los conciertos abarcaron ejemplos de canciones no sólo de países con una tradición reconocida como México, Brasil. Cataluña y Argentina, sino que nos descubrieron compositores y países de los que no es fácil tener alguna referencia como Costa Rica, Colombia o Venezuela.
Intérpretes como Marisa Martins, (cuya asopranada voz de mezzo nos llevó por el genial trabajo de Gandos y Piazzola, además de descubrirnos a un compositor tan entrañable como Jaime León), o Lenine Santos (que, acompañado por el compositor Achille Picchi, hizo un recorrido por el hermoso repertorio brasileño de tres siglos, en un concierto que sólo puede definirse como encantador), fueron sólo dos ejemplos de la calidad interpretativa que requiere este género tan poco conocido.
Es de agradecer profundamente le esfuerzo de Patricia Caicedo y toda su organización para llevar a cabo este festival en sedes tan distintas como la Biblioteca Nacional de Catalunya, la Residencia de Investigadores o el archivo Joan Maragall, y aportar un trabajo tan profesional a la preservación de nuestro patrimonio cultural, siempre tan enriquecedor como desconocido.
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9