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ARTICLes
Enid Negrete

per Enid Negrete

El concierto de la 53 edición

Publicat el: 2 de febrer de 2016

El concurso Internacional de canto Tenor Francisco Viñas, es un evento que ya se ha convertido en una tradición en el mundo de la ópera no sólo iberoamericana sino mundial.  Este año, con 568 participantes de 60 países diferentes, hizo audiciones en diferentes sedes tanto en Europa como en América y seleccionó a 57 cantantes que llegaron a las pruebas a realizarse en Barcelona, decidiendo finalmente premiar a ocho jóvenes voces entre los que se encontraban una soprano italiana y otra española, un tenor coreano, tres mezzos de diferentes países – una  norteamericana, una rusa y una italiana- un barítono coreano y un joven bajo ruso. 

El concierto de los ganadores del concurso Francisco Viñas se efectuó el 24 de enero y este año estuvo lleno de voces interesantes y valiosas. De los ocho ganadores, cinco poseían voces de importancia y de calidad poco frecuente. Sólo uno de los premiados (el barítono coreano Kihun Yoon) sobrepasaba los treinta años de edad.

Abrió el concierto el tenor Sungho Kim, ganador del premio especial Plácido Domingo a un tenor finalista. Una voz no muy grande, que se atrevió con el aria Ah, mes amis… de La fill du regiment de Donizetti, famosa por sus nueve do de pecho. La interpretación fue forzada y un poco inestable, pero acabó sin problemas graves.

Le siguió la mezzosoprano italiana Miriam Albano, también ganadora de un premio especial, el Max Klein-Madronita Andreu y del premio extraordinario del European Opera Center, que interpretó un aria de La clemenza di Tito de Mozart. Su fraseo correcto y una voz de lindo timbre con coloraturas claras, fueron lo que caracterizó a esta joven mezzo ligera, que necesita trabajar mucho más sobre proceso interpretativo tanto físico como de creación de personaje.

Yuri Vlasov, bajo ruso, fue galardonado con sexto lugar y premio extraordinario Castell de Peralada. Sorprendió con una voz típica de su país y muy rara en otras latitudes. El aria del príncipe Gremin de Eugenio Oneguin fue todo un acierto, pero su trabajo con Di due Figli vivea… de Il trovatore de Verdi, aunque bien ejecutada no tuvo la misma calidad de su trabajo con Chaikovsky.

Kihun Yoon, un barítono coreano ganó quinto lugar y los premios extraordinarios de la Asociación de amigos de la ópera de Sabadell y del público asistente a la prueba final. A diferencia de muchos de sus compatriotas, este barítono muestra una personalidad importante en el escenario y su interpretación fue una muestra de manejo vocal, a pesar del peso de su voz.  Eligió para este concierto las arias verdianas de  Di Provenza il mar e il sol… de La Traviata  y E sogno o realtá? de Fastaff. 

Sara Blanch, soprano española, ganó el cuarto lugar además del premio especial teatro de la Zarzuela, el premio extraordinario Plácido Domingo al mejor cantante español, el premio extraordinario del ayuntamiento de Moià al mejor cantante catalán, el premio extraordinario Castell de Peralada, el premio especial de la fundación de Música Ferrer-Salat y el premio del público asistente a la prueba final.  Esta soprano, la más premiada del concurso, tiene una linda voz, buenas coloraturas y agudos brillantes, pero sin la gracia y chispa que reclama una partitura como la de  La primorosa,  además de mostrar un sobre agudo falto de brillantez y colocación.  Su interpretación de Una voce poco fa fue bastante buena, pero sin justificar del todo tantos premios, quizá más bien determinados por su nacionalidad y no por sus virtudes como intérprete, que no son pobres pero sí jóvenes. 

Quizá la mejor voz que oímos en el concurso fue la de uno de los segundos lugares, la Mezzo rusa Yulia Mennibaeva, poseedora de un color oscuro, aterciopelado y profundo, que interpretó vocalmente muy bien tanto un aria de  Kovantxina  de Mussorsky como Mon coeur s’ouvre à ua voix… de Samson et Dalila. A ella le fueron otorgados, además, el premio especial Leonor Gago-concert lírica Ópera Internacional al mejor intérprete de música rusa y el premio extraordinario Teatro Real de Madrid. Quizá su lado más débil sea la interpretación escénica y de concepción del personaje, pero es una voz que se debe seguir porque puede llegar a ser una mezzosoprano de importancia.

El otro segundo lugar fue para Selene Zanetti soprano italiana con una voz poco común: soprano lírico casi spinto, que poseía un muy buen fraseo y un cuidado estilístico importante que dejó claros en la interpretación  de la difícil aria de Le Cid de Massenet, pero se tiene que reconocer que los nervios la traicionaron cuando abordó  Tacea la notte placida, dejando patente su juventud e inexperiencia. Sin embargo también le fueron otorgados el premio especial Montserrat Caballé- Bernabé Martí al mejor intérprete de Verdi y el premio extraordinario Teatro Real de Madrid. Es una cantante con unas posibilidades impresionantes, que debe aprender a contener su nerviosismo y madurar para interpretar ese repertorio.

El indiscutible primer lugar le correspondió a la mezzosoprano estadounidense J’nai Bridges, aunque la voz es de enormes dimensiones y vocalmente con una técnica muy segura, lo que más me gustaría destacar es su capacidad como intérprete escénico. Fue, desde mi punto de vista, la única que realmente mostró una concepción del personaje, que nos dio un idea actoral de ellos y que logró tenernos pendientes de su trabajo todo el tiempo. Su interpretación del aria de Sapho  de Gounod, además de mostrar un cuidado especial en el estilo del canto francés, fue un acierto en el planteamiento del conflicto que vive el personaje. Por otro lado, cuando abordó O mio Fernando… de La favorita de Donizetti  nos deleitó con unas coloraturas cristalinas y una interpretación actoral bastante más profunda que el resto de los concursantes. Además de haber ganado el primer premio del concurso se le otorgaron el premio extraordinario Leonor Gago, y premio extraordinario Teatro Real de Madrid. 

Fue un concierto muy interesante y lo hubiera sido más si la orquesta no hubiera estado tan encima de los intérpretes. Para este tipo de eventos se debe contar con un director más experimentado que pudiera trabajar más matices, porque la inexperiencia de estos cantantes no puede también luchar contra una orquesta, en lugar de verse apoyados por ella. 

El concurso Tenor Francesc Viñas de este año nos dio una muestra de lo que esperamos de los cantantes de nuestros días: no sólo cualidades vocales importantes, sino también interpretativas y escénicas. Parece que cada vez es más difícil la carrera del cantante lírico, pero recordemos que no hemos sido los espectadores ni los directores de escena los que han impuesto esto, fueron los propios cantantes cuando Maria Callas, Franco Corelli o más recientemente Natalie Dessay, nos demostraron que era posible.

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PER: Enid Negrete
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