Hombre de teatro de dilatada trayectoria, Paco Ortega llega a La Gleva para contarnos un sueño. Un sueño que ha ido desgranando y acariciando desde hace tiempo y que finalmente vio la luz el pasado abril en Zaragoza, ciudad donde reside su compañía Teatro del Espejo. Dramaturgo, director e intérprete, Paco Ortega es también profesor de teatro -ahora ya apartado de la primera línea de la docencia. Ortega se vuelca en un particular tributo al que fue parte esencial de los Beatles: Georges Harrison. Lo hace desde el teatro, el modo de expresión que conoce y practica en profundidad. Aunque ahora deje en manos de Rafael Campos Lozano la dirección; esa mirada externa necesaria en un proyecto tan personal.

De todas las formas dramáticas, el monólogo es la más íntima e introspectiva. Paco Ortega escoge dirigirse directamente al público desde su yo convertido en personaje. Un personaje que traba amistad con George Harrison en su visita a la ciudad condal en 1965. Juega en el plano onírico con tanta gracia y desenvoltura que olvidamos estar ante una absoluta ficción. Consigue atraparnos con su verosímil relato y llevarnos de la Barcelona de los años 60 (con algunas pequeñas trampas) a la gran Nueva York de inicios del milenio. Pero más allá del callejeo por Barcelona que desemboca en el mítico Pastís, de las idas y venidas de Londres o de Nueva York, está la necesidad de una amistad pura y desinteresada. La búsqueda de un espacio seguro donde descansar de los trasiegos vitales: Georges Harrison pareció encontrarlo en el hinduismo y la cultura hindú y se volcó con pasión al aprendizaje del sitar; y el protagonista del relato en su íntima relación con Harrison. En un espacio escénico salpicado de álbumes, discos y libros de claras referencias, Ortega da rienda suelta a su historia con su amigo imaginario pergeñando un relato vívido de emociones. Sabe colocar los acontecimientos históricos precisos para dar corporeidad al ausente Harrison, mientras nos invita a soñar con fructíferas y apasionantes amistades. Quizás sea la escena el único espacio donde trabar estas insólitas amistades, Paco Ortega nos invita a cruzar el umbral de lo imposible para adentrarnos en ese espacio mágico donde consigue acariciarnos el alma.