Una de las mayores problemáticas cuando se enfrenta una obra como Sueño de una noche de verano (Circa 1595) es la dificultad de la convivencia de mundos, realidades y niveles de acción. Una de las más famosas obras maestras de Shakespeare ha sido estudiada, representada y parafraseada infinidad de veces, con muy diversos puntos de vista y propuestas estéticas. En esta ocasión Els Piratas teatre, nos vuelve a endulzar las noches de verano en Barcelona con una versión joven, fresca y dinámica, que nos recordó mucho la también acertada versión de Noche de Reyes que hicieron hace algunos años.

Al parecer, esta compañía de jóvenes profesionales, aciertan cada vez que enfrentar el reto shakespereano. Cosa nada fácil, muy poco frecuente  y por lo tanto, admirable.

Como es su costumbre la música estuvo siempre generada por los propios actores, el vestuario era muy poco convencional y todos los actores participaban en los tres mundos que conforman la trama de la obra: el de la aristocracia, el de las hadas y el de los cómicos. 

Laura Aubert vuelve a acertar de pleno en su creación del personaje de Puck, fresca y divertida, estuvo acompañada por la versatilidad y energía de Núrica Cuyás, Ricard Farré, Ariadna Pastor, Laura Pau, Lluna Pindado y Álvar Triay, que conformaron un elenco homogéneo y compenetrado, pero sobre todo que lograron contar la historia tantas veces leída y vista, de manera sorprendentemente nueva.

Una escenografía mínima, una estética moderna, actuaciones llenas de energía y una puesta en escena basada en el juego del actor, hacen de este montaje una excelente opción para pasar las noches de verano en las que se quiera soñar.