Barcelona (Contra la paret)

informació obra



Direcció:
Lali Álvarez Garriga
Intèrprets:
Clara Garcés, David Teixidó, Jaume Nieto, Sònia Espinosa
So:
Pau Matas
Il·luminació:
Núria Solina
Producció:
LaPùblica
Autoria:
Barcelona Playwrights
Dramatúrgia:
Jordi Casanovas, Cristina Clemente
Sinopsi:

4 personatges, 4 històries i 1 ciutat. Un relat possible de Barcelona, viatjant del documental a la ficció. En la seva Carta Municipal, Barcelona es defineix com "un símbol de llibertat i de progrés, una ciutat de convivència feta en la pluralitat i la diversitat...".

Però també hi ha la Comissaria de les Corts i hi ha hagut el 4F, l’assassinat de Juan Andrés Benítez, els morts al CIE i els contrastos socials i de classe. Si vas a una manifestació, pots tornar amb un ull rebentat. A més de "guiris", també hi ha “invisibles” i dissidents represaliats, i qui viu en la misèria. I també hi ha festes, com la d’aquesta nit. Vens?

Crítica: Barcelona (Contra la paret)

25/09/2016

Una fiesta a la que hay que ir

per Iolanda G. Madariaga

Contundente, preciso y directo es el golpe que nos asesta de nuevo Lali Álvarez con LAPùBLICA. Tras el éxito de Ragazzo, su creadora vuelve a la carga para sacudir nuestras conciencias desde el escenario. El suyo es un teatro claramente político que encuentra en la disidencia un terreno duro y seco, pero a la postre, fructífero. Si Génova fue el escenario de su "ragazzo", ahora la ciudad es Barcelona: se nos invita a una fiesta, estamos en Ciutat Vella en uno de los antiguos teatrillos del barrio de Sta. Caterina i San Pere, un lugar que ni intenta camuflar su edad ni ponerla en valor, allí conoceremos a gente que nos hablaran de sus vidas. Un aciago 4 de febrero de 2006, en un espacio similar al que ahora nos acoge, se celebró una fiesta que terminó mal. Fatal para unos jóvenes que ni siquiera estuvieron en ella, algunos pasaban por allí, otra ni siquiera había pisado la calle de Sant Pere Més Baix ese día. Nadie sabe a ciencia cierta qué cadena de casualidades, fobias, mentiras, desidia, abuso de poder, negligencias, irregularidades, prevaricaciones, odios y rabia tejieron la red que atrapó el destino de cinco jóvenes. En la “fiesta” a la que nos invita LAPùBLICA, conocemos las consecuencias de esa extraña cadena en boca de sus “protagonistas”. Son Clara Garcés, David Teixidó y Sonia Espinosa interpretando con profunda claridad a la fallecida Patricia Heras, a Rodrigo Lanza y alguien cuya identidad precisa no importa tanto en sí misma como el hecho que se presente natural. A través de ellos, a todos quienes han sido víctimas de un sistema sociopolítico en el que no cabe (¿o sí?) la disidencia; víctimas, sin embargo, que se niegan a ejercer ese papel sin más, sin presentarse cuando menos como resistentes: la disidencia represaliada. Quizás sea por esa duda y esa firme voluntad de trascender el mero relato que Barcelona (contra la paret) se alce por encima del panfleto “antisistema” en lo que a discurso ideológico se refiere.

El planteamiento escénico es impecable, aunque sería posible dilatar el inicio de las intervenciones para envolver realmente al público en la “fiesta” y hacer que abandone su rol expectante para pasar al de actuante (figurante con frase en términos más clásicos). Por lo demás, la “ficción” a la que asistimos es una magnífica recreación con un alto grado de verosimilitud. Allí encontramos entrecruzadas las voces de los tres protagonistas, unidas en una dimensión espacio/temporal ya sólo posible en el teatro. Los poemas que Patricia Heras había publicado en su blog bajo el triste y premonitorio alias de Poeta Difunta, el relato de Roberto Lanza y el de la barcelonesa del barrio del Bèsos se entrecruzan con datos y cifras de violencia policial gratuita, represión y censura. Increpaciones a la libre expresión de cualquier sentir o pensar se mezclan con el discurso político que nos presenta a una Barcelona amable, acogedora, ordenada y limpia. Hay momentos de alto voltaje como el de los tres protagonistas compartiendo un minúsculo espacio mientras Screamin’ Jay Hawkins escupe su I put a spell on you. Otros más fáciles o evidentes. Pero, en cualquier caso, se trata de un espectáculo necesario para contrarrestar la fuerza arrolladora del pensamiento único.