Pasa muy pocas veces que se logre escénicamente la creación de un mundo con una lógica propia, que además llegue un momento que el espectador la mire no como normal, sino como coherente, por más ilógica que sea.  Es lo que sucede con este espectáculo, La Grenouille avait raison de James Thierrée y la compañía de Hanneton, que se presenta como parte del Festival Grec 2017.

Este montaje plantea una estética donde la belleza proviene del desastre, crea una especie de mundo apocalíptico que tiene una sorprendente belleza construida con el mugrero cósmico.

Un mundo donde se puede perder miembros inexplicablemente, donde se pueden mantener diálogos con un piano, con un telón o cualquier objeto inanimado; donde la verticalidad del cuerpo no es obligatoria y se puede perder como se pierde una mano, un plato que has lanzado al vacío o la razón.

Se nota que su autor proviene de las escuelas más importantes de circo y teatro tanto de su país natal (Suiza), como de Italia, Francia y EU. Sobre todo en la calidad de manufactura y en las posibilidades de discurso escénico que construye visual, corporalmente y en acción. El hilo musical minimalista que propone y la música vocal que incluye son propuestas muy interesantes y apoyan profundamente el quehacer de los actores.

¿Por qué se deciden las cosas?¿Nos relacionamos con nuestras acciones más que con nuestras palabras? Con un sentido del humor muy fino, este joven director trata de responder estas preguntas logrando imbuir al espectador en un mundo no por onírico, menos terrible.

Una altísima calidad actoral, con un entrenamiento corporal envidiable y una interpretación musical de muy buena factura. Realmente un placer asistir a un teatro tan bien hecho.