En los 20 minutos que dura la coreografía, la creadora Roser Lopez Espinosa y su compañero de espectáculo Magí Serra pasan por todos los estamentos de un combate de judo. Se posicionan sobre el tatami, se colocan ceremoniosamente sus cinturones, realizan el saludo de rigor y comienzan su peculiar lucha.

Hasta la mitad del espectáculo, destaca principalmente su lucimiento físico, la potente coreografía en la que batalla y danza se confunden en un ejercicio de compenetración absoluta. La pareja se mueve grácilmente entre patadas, saltos y algún movimiento acrobático mientras de fondo el sonido del público en las gradas de un combate nos coloca en situación.

Sin embargo, no es hasta la última parte cuando empieza la verdadera gracia del ejercicio: En un momento dado, el sonido ambiente es reemplazado por la música de Txaikovski y la acción adquiere una dimensión muy diferente. La distancia entre los intérpretes se acorta física y emocionalmente. Los nuevos movimientos les llevan a acercarse y abrazarse y la frontera entre duelo y danza queda todavía más diluida. El contrapunto que se genera tiene un curioso magnetismo marcado por la fluidez y la sintonía de los cuerpos.

Hand to hand es un experimento. Una búsqueda de la contraposición de elementos que une la delicadeza del ballet con la precisión de las artes marciales. Un curioso ejercicio que, espolvoreado con pinceladas de humor, genera un juego de distancias, miradas y relaciones entre los cuerpos con naturalidad y belleza.