Cine y teatro conviven en un mismo espectáculo para
contar una sencilla historia de amor. Con la ingenuidad de las primeras
películas, dos actores y una pianista llevan al escenario una historia
enternecedora y emocionante. Teatro es lo que hacen Fernando Moreno y Gema
Viguera en el escenario. Están dirigidos por Jorge Padin que concibe la
historia con los elementos que conforman una película de cine mudo: un ritmo
trepidante, multitud de gags, títulos que dan inicio a las escenas y música de
piano en vivo para acompañar y puntuar las escenas. Hay además un delicado
tratamiento estético que abarca todos los elementos del espectáculo, desde la
recreación de un piano de cola hasta las escaleras que se usan como principal
elemento escenográfico y de attrezzo. Está también la paleta de color: huyendo
de la escala de grises, se opta por una escala de marrones mucho más cálidos. Referencias
a obras cinematográficas recientes y algún otro anacronismo bien colocado otorgan
una mayor comprensibilidad y amplían el espectro de público abarcando al más
joven. Desde el punto de vista estrictamente teatral, Fernando Moreno y Gema Viguera
han conseguido una gestualidad acorde con el visionado cinematográfico del
fotograma a fotograma. Su pericia en la realización y colocación del gag es
notable. Los gags se escogen entre un buen repertorio de clásicos, de los que
siempre funcionan, y algún otro de nuevo cuño. Desde el inicio, se tiene en
cuenta la presencia del público integrándolo en el espectáculo y, en ocasiones,
requiriendo su participación. Soluciones ingeniosas y un gran sentido del
humor, hacen al espectáculo muy recomendable para el público familiar. Un
espectáculo que invita a hablar de cine y a apreciar los inicios de una forma
de espectáculo que convive ya sin recelos con el universo teatral.