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VALORACIÓ
8
Wilkommen Cabaret
Publicat el: 7 de novembre de 2017
CRÍTiCA: Cabaret
Siempre es agradable volver al Kit Kat Club. Conviene
olvidarse de las imágenes de la insuperable versión cinematográfica de Bob
Fosse (1972), con Liza Minnelli, Joel Grey, Michael York y Helmut Griem i
dejarse llevar por las diferentes propuestas escénicas.
El argument extraido de la novela Goodbye to Berlin (1951),
del escritor, actor y guionista inglés Christopher
Isherwood (1904-1986), se convirtió en el gran musical Cabaret estrenado en
Broadway en 1966, con la siempre revivida e inolvidable música de John Kander y letras de las canciones
de Fred Ebb y dramaturgia de Joe Masteroff. Uno de los musicales más
vistos en el mundo con más de 30 millones de espectadores.
El cabaret Kit Kat Club en el Berlín de 1931, se
convierte en la ventana a través de la cual contemplamos la decadencia de una
sociedad alemana traumatizada por la derrota en la Primera Guerra Mundial y el
Crack económico del 1929 y el progresivo nacimiento del nazismo. La vedette
Sally Bowles y el escritor Cliff Bradshaw, ambos estadounidenses, el histriónico
maestro de ceremonias del espectáculo Emcee y los diversos personajes de la
historia, sobrepasados por los acontecimientos, asisten entre incrédulos,
temerosos y aterrorizados al alud de hechos históricos que acabarán arrastrándolos
a todos.
La versión que ahora puede verse
en el Teatro Victória, es la que se estrenó en el Teatro Rialto de Madrid en el
2015, con Edu Soto y Cristina Castaño en los papeles protagonistas. Un
espectáculo impecable desde el punto de vista técnico, con una espectacular escenografía
de Ricardo Sanchez Cuerda, bien
iluminada por Juanjo Llorens, con un
espectacular efecto final.
Dirigida por el veterano Jaime Azpilicueta (Donosti, 1941),
mantiene un tono irregular, con una primera parte a la que le falta este nervio
narrativo, que si tiene la segunda parte, mucho más dramática y entonada. El
polifacético Ivan Labanda se luce de
nuevo, dando muestras de su talento y versatilidad y sustenta en gran parte el
espectáculo, en especial esta primera parte que no termina de arrancar como
debiera. Muy bien secundado en especial por la siempre interesante Elena Gadel (el día que vimos el espectáculo
la substituyó con plena solvencia la joven y prometedora Teresa Abarca, que interpreta habitualmente a la pizpireta fraulein
Kost) y los veteranos Amparo Saizar
(Frau Schneider) y Enrique R. del Portal
(Schultz), que emocionan en sus respectivas interpretaciones. El resto del reparto se muestra a buen nivel, destacando
la tesitura operística de Victor Díaz-Janeiro
(Ernst) y los bailarines. Se agradece la música en directo, con la orquesta bien
dirigida por el pianista Raúl Patiño.
El guión y la música de Cabaret, el contexto histórico en el
que está situado, el drama personal de sus bien dibujados personajes, hacen que
siempre sea interesante revisitarla, volver a verla. En el Teatro Victoria asistimos
a un buen espectáculo, que va de menos a más y con un muy conseguido y sobrecogedor
final.
Text : [email protected]
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