Angel Blue, la multi premiada soprano estadounidense, llegó al Festival de Peralada por primera vez este verano. La verdad es que su debut era algo muy esperado porque venía de abrir temporada en el MET. El repertorio que ha abordado es especialmente ecléctico y era interesante escuchar como sonaba la misma voz en Mímí que en Tosca, o en Violetta y Aida, dado que ahora se apuesta por la especialidad en el repertorio.

La voz es muy interesante, grande, oscura y muy fléxible. El registro es amplio y bastante homogéneo. Los principales problemas están en los cambios de estilo, la matización y en la pronunciación. Debido a diferentes circunstancias, entre ellas las tormentas recientes, decidió hacer cambio en el programa comenzando por una Ave María de Schubert, que acompañó con lágrimas emocionadas. Después cantó “Ritona vincitor…” de Aida, “Donde lieta…” de La Bohème y “Depuis le jour…”de Louise, sin hacer pausa entre ellas, cosa especialmente extraña y perteneciente más a la tradición del Lied que a la de la ópera. De este grupo de arias la que más problemas mostró fue la francesa, primero por la pronunciación, después por la finura de fraseo y los pianísimos que pide esa partitura. Ya con Tosca y Die Csásrdásfürstin terminó la primera parte, que también incluyó un buen Claro de Luna de Debussy, a cargo del pianista Bryan Wagorn, el acompañante en todo el recital, que hizo un acertado trabajo y  que también interpretó tres piezas de Gershwin después del intermedio.

En la segunda parte hay que rescatar lo mejor del recital: Spirituals, Gershwin y un Summer time más que correcto. Es evidente que esa es la traidicón musical que le pertenece y donde ella brilla mucho más. Sin problemas de pronunciación,  con la sensación natural y orgánica de la interpretación de ese repertorio, es cuando más se puede disfrutar de la enorme y hermosa voz que esta  soprano posee.

Un asunto que llamó al atención es que a lo alrgo del concierto, esta cantante rompió en lágrimas varias veces. Nunca tuvimos muy claro porqué o lo que entendíamos de sus  explicaciones no nos parecía razón suficiente, en cualquier caso, se debe destacar que debió ser muy difícil cantar mientras tenía tantas emociones que gestionar.