Un concurso que ha durado seis décadas es siempre un acontecimiento para celebrar, sobre todo cuando esos 60 ños han significado más de 15 mil concursantes de más de un centenar de países. En esta ocasión 547 concursantes de 59 países coincidieron en esta edición.

El concierto final comenzó por el barítono brasileño Bispo, quien fue acreedor de tres premios, el de la “Accademia Musicale Chigiana” de Siena, el del “Internationale OpernWerkstatt” y el Premio del Público. Con una hermosa voz y un fraseo muy cuidado cantó el aria de Dandini de La Cenerentola de Rossini. Seguido del bajo catalán Gerard Farreras, quien se llevó casi todos los premios locales e interpretó un aria de Macbeth de Verdi. Otro barítono, pero de Mongolia, con una voz impresionante y un cuidadísimo fraseo, fue el ganador del premio de la asociación de liceístas del 4º y 5º piso, cantó “Pietà, rispetto, amore…” también de la tragedia shakespereana. Un muy buen gusto en la selección de sus cadencias, así como una cuidada interpretación fueron las características que le dieron a Valerie Baikoff el premio Victoria de los Ángeles interpretando el aria de Rosina de Il barbiere di Siviglia.

Cada año hay un premio que no parece lógico, en este caso es el sexto lugar más cuatro premios extraordinarios a la soprano estadounidense Erika Baikoff, quien cantó el lied de Margarita en la rueca fuera de estilo y bastante sobreactuado, además el aria de la Sonnambula con visibles problemas en la emisión de los agudos y sobreagudos. No se entiende que habiendo tantas sopranos estos premios hayan recaído en ella.

Cerraron la primera parte Julia Muzychenco, soprano rusa de claras capacidades para hacer frases largas y manejar el pianisimo como forma expresiva y el tenor estadounidense, Anthony Ciaramitaro con una linda voz de tenor lírico (quizá un poco metálica) que además de haber ganado el cuarto lugar, ganó premios especiales por su interpretación de “Una furtiva Lacrima…” de Donizetti y el aria de Riccardo de Un ballo in maschera.

Después de la premiación, pudimos disfrutar a los tres primeros lugares. Tres sopranos muy diferentes entre sí, pero que dejaron claro el porqué de su elección como ganadoras. La alemana Ann-Kathrin Niemczyk, abordando dos arias de Wagner y enfrentando a la orquesta con una voz bella y poderosa, Yulia Merkundinova de Ucrania voz de lírico ligero con una excelente coloratura demostrada en dos arias de Donizetti y la ganadora indiscutible Yewon Han, una soprano sudcoreana, con una voz extraordinaria y una capacidad para darle sentido a las agilidades vocales, dignas de mención.

Una tarde interesante y llena de sorpresas.